Patricia Escudero y Luis Delgado habían compartido experiencias musicales anteriores, pero siempre cercanas a la música antigua. Ambos tenían un enorme interés en el trabajo del otro y los amplios conocimientos de Patricia sobre el repertorio de piano y clave, combinados con su actitud abierta hacia las nuevas tecnologías era algo inusual entre los teclistas de su generación.
La faceta que más conocía Luis de Patricia era la de clavecinista, ya que con este instrumento habían realizado algunas grabaciones del grupo “Philomela Eco”. Los componentes eran en aquel momento Begoña Olavide en las flautas, Alfredo Barrales en la viola da gamba y la propia Patricia en el clave.
Normalmente las grabaciones las llevaban a cabo en el domicilio de Luis de la calle Esperanza de Madrid, donde tenía instalado su estudio “La Torre de Lavapies”, pero, en esta ocasión, el tamaño del clave imposibilitaba trabajar en el pequeño espacio disponible, por lo que tomaron los elementos del estudio móvil y se trasladaron a la cercana calle Atocha. Se reunieron los días 21 y 22 de abril de 1985 en el número 99 de esa calle, que era el domicilio de Begoña y de su marido Carlos Paniagua, que también tenía allí el taller. Así grabaron la sonata en Re menor de J.S. Bach y la sonata nº 5 de Arcángelo Corelli.
Tras este trabajo, Luis y Patricia comenzaron a pensar en hacer alguna grabación de instrumentos electrónicos sobre el repertorio de piano y así surgió el disco “Satie Sonneries”, que aún tardaría dos años en materializarse.