Para hablar de los inicios de Mecánica Popular hay que remontarse a 1978. Entre los técnicos de grabación, por regla general, siempre ha existido una cierta complicidad y en muchos casos, a pesar de tratatarse de cargos en competencia profesional, una gran amistad. Asi, en la década de los 70 eran frecuentes las visitas entre estudios, fuera de horas, por el simple placer de compartir experiencias.
Entre los estudios de la RCA, en la calle Carlos Maurrás de Madrid, y los de Musigrama, en la calle Vicenta Villegas, en el barrio del Lucero, había una cierta complicidad que solía acabar en sesiones compartidas a altas horas de la madrugada.
Era frecuente que se aprovecharan los tiempos muertos en las grabaciones para probar los nuevos aparatos, en evolución constante, y cambiar impresiones y conocimientos. Asi nacerían las cintas iniciales, que servirían de embrión a los primeros temas de Mecánica Popular, y de esta forma surgió también una amistad entre Eugenio Muñoz y Luis Delgado, que se estrecharía mas hacia 1979, cuando Eugenio es contratado por la RCA para substituir a Carlos Martos, que se marchaba a otro de los grandes estudios de la época.
El de RCA era, en aquellos tiempos, uno de los estudios mas grandes y mejor equipados de España. Contaba con dos salas, cada una de ellas dotada con equipos de primera clase, cuya máxima expresión estaba en el magnetofón Ampex MM1200 de 24 pistas, manejado desde una imponente mesa de 42 canales de la prestigiosa compañía británica Cadac Holding Ltd. El diseño acústico de las salas había sido realizado por los ingenieros americanos, que montaban los estudios de la RCA en todo el mundo, y era gemelo de los de Nueva York y Milan. La enorme sala “A” tenía una altura de unos 12m, dominados por un control al que se accedía a través de una larga escalera. Cuando Andrés Segovia, a los 85 años, grabó en este estudio uno de sus últimos discos (Reveries, 1978), se montó un sistema de escuchas en la propia sala de grabación, para que el maestro pudiera escuchar las tomas sin tener que subir la interminable escalera. Esta sala podía dar cabida a una orquesta sinfónica, y sus paredes estaban equipadas con un complejo sistema de paneles móviles manejados por un complejo sistema de engranajes mecácnicos, que permitía ajustar las condiciones acústicas a las necesidades de cada sesión.
En este “paraíso” acústico nacería Mecánica Popular.
Al principio el grupo se denominó "Maquinas y Procedimientos", inspirándose en una preciosa ilustración modernista que encabezaba un viejo artículo sobre las técnicas de impresión. Pero un dia Luis encontró un número de la revista Mecánica Popular de Noviembre de 1957, que rezaba en la portada: "¿Que sucede con el tiempo?". Obviamente se refería al tiempo meteorológico y no al musical, pero el juego de palabras fue del agrado del dúo, y decidieron cambiarse el nombre. De esta forma, de la misma revista surgió la inspiración para el nombre del grupo y el del primer disco.
Tras unos cuatro años de trabajo, el dúo consiguió reunir un material suficientemente satisfactorio como para editar un LP. Con las mezclas aún calientes se dirigieron a la única persona que podía entender el propósito estético del grupo: Servando Carballar, líder del grupo “Aviador Dro y sus obreros especializados”, y director de una reciente compañía discográfica que bajo el nombre de “Discos Radioactivos Organizados (DRO)” comenzaba a crecer a base de inteligentes éxitos. Servando se entusiasmo con el disco y decidió publicarlo de inmediato. Estábamos en el “orweliano” año de 1984.